Marcas Saludables IBPDD

Pablo encarga a Tito a “enseñar lo que este de acuerdo a la sana doctrina” (Tito 2:1). Nuestra preocupación no es solo como enseñamos, sino que es lo que enseñamos. La Teología Bíblica es un compromiso de conocer al Dios de la Biblia tal y como Él se ha revelado en la Escritura.

El Evangelio es el corazón del cristianismo. Pero las Buenas Nuevas no significan que Dios quiera satisfacer las necesidades de las personas o ayudarlas a desarrollar una auto-imagen más sana. Nos hemos revelado pecaminosamente en contra de nuestro Creador y Juez. Pero Él bondadosamente envió a Su Hijo a morir la muerte que merecíamos por nuestro pecado, y Él ha acreditado la absolución de Cristo a aquellos que se arrepienten de sus pecados y creen en la muerte y resurrección de Jesús. Esas son las Buenas Nuevas.

El cambio espiritual de cada persona necesita ser tan radical, tan cerca a la raíz, que sólo Dios puede hacerlo. Necesitamos que Dios nos convierta. La conversión no necesita ser una experiencia emocional. Sino que debe evidenciarse con frutos santos, si es la verdadera conversión de la que habla la Biblia.

Como las personas comparten el Evangelio esta cercanamente relacionado a cómo entienden el Evangelio. Presentarlo como algo adicional que proporciona a los no cristianos algo que ellos naturalmente desean (ej. gozo o paz) es presentar una media verdad, lo cual provoca falsas conversiones. Toda la verdad, es que nuestra necesidad más profunda es la vida espiritual, y que la nueva vida sólo viene al arrepentirnos de nuestros pecados y creer en Jesús. Presentamos el Evangelio abiertamente, y dejamos la conversión a Dios.

La membresía debe reflejar un compromiso vivo a una iglesia local en asistencia, dar, oración y servicio; de otro modo sería sin sentido, sin valor e incluso peligroso. Ser miembro es estar intencionalmente viajando juntos como extranjeros en este mundo mientras nos dirigimos a nuestro hogar celestial.

La disciplina de la iglesia nos da los parámetros de la membresía de la iglesia. La idea hoy en día parece negativa a las personas, “¿no nos prohíbe el Señor juzgar?”. Cada iglesia local tiene una responsabilidad bíblica de juzgar la vida y la enseñanza de sus lideres, y aún de sus miembros, especialmente al grado en que cada uno pueda comprometer el testimonio de la iglesia al Evangelio.

Existe hoy una penetrante preocupación con el crecimiento de la iglesia; no solamente con el crecimiento numérico, sino con el crecimiento de los miembros. Aunque muchos cristianos miden estas cosas, la única señal observable de crecimiento es una vida de santidad creciente, teniendo su raíz en una piedad cristiana; estos conceptos son casi extintos en la iglesia moderna. Recuperar el verdadero discipulado para hoy edificará a la iglesia y promoverá un testimonio más claro al mundo

Debe haber una pluralidad de ancianos en cada iglesia local. Esta pluralidad de ancianos no es solo bíblica, sino práctica y tiene un gran beneficio en complementar los dones del pastor para asegurar una guía apropiada de la iglesia de Dios.